SERVICIO SOCIAL ESTUDIANTIL

El Servicio Social Estudiantil está concebido como un programa transversal que se desarrolla mediante un trabajo colaborativo con otras áreas del Colegio, con Fundación Promoción Humana, con la VACS y con entidades, tanto oficiales como privadas de la ciudad.

Política para el trabajo social en el Gimnasio Campestre

La comunidad educativa del Gimnasio Campestre, desde su propia situación socio-económica privilegiada, debe estar examinando constantemente el mundo que lo rodea y actuando en él, para aprovechar sus oportunidades y poder así formar a sus discípulos en el compromiso de servir.

Lo anterior debe partir de un ejercicio juicioso y continuo de autoevaluación y una mirada crítica a la forma como el Colegio ha puesto en práctica su responsabilidad social, tanto desde su concepción y discurso como desde sus métodos y estrategias. En la actualidad, esto se hace posible gracias a una revisión radical de la acción social convencional, como aquella que se conforma simplemente con saciar carencias materiales inmediatas desde una convicción rígida de que existe una población privilegiada que se pone al servicio de una necesitada. Resulta imperioso partir de una seria problematización de estos privilegios y necesidades, con el fin de encontrar el sentido mismo que nos mueve a necesitar la cercanía y la interacción con el otro.

Allí, encontramos un punto de partida que nos obliga a involucrar las múltiples dimensiones del problema para convertirlo en una oportunidad de encausar esfuerzos cada vez más pensados y comprometidos que apunten a la atención, solución y erradicación de las causas del sufrimiento. De ninguna manera al mero alivio, momentáneo y pasajero, de necesidades, dejando intacto el problema de fondo y las circunstancias que configuran una situación de injusticia y de discriminación, así como el discurso que lo hace posible.

Desde esta perspectiva, se hace necesario redimensionar la caridad y madurar la sensibilidad a escala de toda la institución. Una caridad inteligente puede entenderse y asumirse desde dos vías: la práctica liberadora de la acción social surge cuando uno se deja afectar por los problemas de los demás, en tanto propios, y reaccionar de manera conjunta frente a los mismos. Esta nueva visión, no se queda solo en asistir a los que sufren; debe convertirse en una búsqueda común de soluciones con miras a erradicar, o por lo menos atenuar, las mismas causas que generan una realidad indeseable de sufrimiento.

Este proceso implica varias conversiones. En primer lugar, entender nuestra práctica como un compromiso que no puede paralizar la acción del que sufre (conversión moral). Por el contrario, debe posibilitar una actitud propositiva conjunta. El involucramiento total de la comunidad la convierte en sujeto activo de su propia salvación, ya no solo en objeto de la intervención de otros. Este es un cambio sustancial de pensamiento y acción, que humaniza y no permite la postración de las personas junto a sus problemas. Es, en últimas, un encuentro responsable con el otro. Del mismo modo, debemos entender nuestra acción desde lo meramente afectivo, para entregarnos sin límites a una relación personal con el otro, desde la inclusión y el afecto (conversión personal). Y supone, finalmente, un proceso de volver a aprender sobre nuestra propia realidad (conversión reflexiva), siempre desde la relación que construimos con los demás, para aproximarnos al mundo y ser portadores de soluciones cada vez más oportunas y pertinentes.

Así las cosas, el Gimnasio Campestre entiende su compromiso con las causas sociales desde la acción, es decir, la intervención directa dentro y con la comunidad, la que puede darse como un proceso que plantea, al menos, tres momentos cruciales: observar, interiorizar y reaccionar ante el sufrimiento. El Colegio, como escuela, debe desplegar variadas estrategias para satisfacer cada parte del proceso y validar así esta nueva dimensión de la responsabilidad social.

El primer momento surge como un ejercicio que implica estudio y análisis, que trata de entender las causas del problema desde varias miradas y se vale de elementos históricos para poner toda la situación en el contexto actual. En el segundo, nos encontramos ya con un examen riguroso sobre la relación personal que tenemos con el problema. Y finalmente, un tercer momento que nos conduce a la práctica, con todas las condiciones y características que ya hemos definido, donde nos volcamos a entender que tienen que aportar todas las partes involucradas en el problema.

El programa consta de cuatro grandes estrategias:

Primeras Comuniones

En esta fase participan los estudiantes de tercer grado, quienes asumen un compromiso con los niños y niñas menos favorecidas del sector aledaño al Colegio mediante un proceso de catequesis y apadrinamiento, que integra también a los padres de familia del grado, los directores de curso y los profesores de asignatura.

Construyendo País

Este programa se desarrolla en los grados cuarto, quinto, séptimo y noveno. Se trabaja directamente con poblaciones vulnerables atendidas por diferentes instituciones de la ciudad, mediante un acercamiento experiencial que facilita reconocer otras realidades sociales y la manera como nuestros estudiantes pueden reaccionar frente a ellas.

Manos por Colombia

Es el programa de voluntariado local que se realiza en cada salida de Expedición Colombia, en donde trabajan en conjunto los estudiantes y los habitantes de las comunidades que visitan, atendiendo necesidades concretas, como la adecuación de sus viviendas, la escuela, el parque, programas de reforestación, entre otros.

Ética para servir

Este programa se realiza desde la cátedra de Ética, dentro del plan de estudios de esta asignatura que maneja el Departamento de Pastoral. Desde el currículo propio de esta materia, se problematiza el tema social y de pobreza en Colombia y el mundo, se acompaña de charlas y seminarios donde los estudiantes conocen una problemática concreta y aportan su trabajo como parte de la solución al tema que están estudiando.